3/7/15

Pie de foto para cinco amigos

Es difícil saber a priori qué imágenes provocarán un impacto profundo y duradero a quienes las vean, aun más predecir la posibilidad de que este impacto perdure y se convierta en memoria. El imaginario colectivo está lleno de imágenes que han marcado generaciones enteras de "espectadores", convirtiéndose en parte de la historia de aquel acontecimiento que representan.

Cuando vemos una imagen, la relacionamos automáticamente con su realidad circundante, en un proceso de síntesis espontáneo que vincula lo que se ve, la carga simbólica y emotiva que transmite lo que se ve, y un significado que emerge en la encrucijada con aquello que pensamos o sabemos, o creemos saber, de la realidad que la imagen representa.

Esto último condiciona nuestra lectura. Tal vez la fotografía en cuestión nos confirme, tal vez nos niegue o nos descubra lo que ignorábamos. Puede ser, como en el caso que nos ocupa, la foto que muestra a Juan Carlos, Rajoy, Aznar, Felipe y Zapatero cenando juntos, que descubramos una contradicción flagrante entre lo que percibimos y lo que querían transmitir quienes la realizaron. Esa intención, a pesar de la apariencia de instantánea periodística, resulta evidente a los ojos de cualquier persona mínimamente lúcida.

La contradicción es la materia prima del humor. Por eso no es extraño que alguien haya manipulado la imagen para crear una segunda imagen que revela de manera descarnada aquello que percibimos desde esa mirada crítica, y que pone en evidencia el artificio y la pretensión propagandística buscada.
Ambas imágenes funcionan como un díptico, se interrelacionan para describir simbólicamente una realidad escindida. Por un lado, la imagen de una España próspera que ha visto aumentado, en lo peor de la crisis, el número de millonarios en un 40 por ciento. Por otro, la broma macabra que hemos tenido que sufrir la gente de abajo, despojados de lo poco que esa prosperidad había puesto a nuestro alcance.

Los cinco amigos se encuentran para cenar en un restaurante de lujo. Sonríen y discuten sobre la necesidad de seguir por la senda que emprendieron cuando eran jóvenes y aún nada les unía. Preside la mesa el vínculo con un pasado que se cierne sobre el país como una sombra.