12/9/16

Malos tiempos para la épica

En su primera novela, Germà de gel, Alicia Kopf se lanza a la búsqueda de una nueva épica para el siglo XXI, a partir de las experiencias de los exploradores que a principios del XX conquistaron el Polo Norte y el Polo Sur. Un hermano autista la lleva a pensar en una posibilidad más íntima y cotidiana, pero a la vez titánica, como la de hacer frente a los cuidados que requiere un familiar con discapacidad.

Yo hablo con mi padre, en el hospital. Convaleciente de una operación en la rodilla, antesala de una intervención más grave que le hará perder la movilidad, con el riesgo, de no salir bien, de quedarse sin pierna. Me transmite sus miedos ante el deterioro de las condiciones del hospital a consecuencia de los recortes presupuestarios. Un deterioro que él ha vivido en primera persona. 
Lleva años tratándose una infección crónica que le ha conducido al quirófano en numerosas ocasiones. Mi padre nació con la guerra y creció en la posguerra, y se enfrenta, en la vejez, a la desintegración de todo por lo que ha trabajado a lo largo de su vida.

El co-relato colectivo a esta épica íntima es el 15M, las mareas, Occupy WallStreet, la primavera árabe. Su imagen inversa es múltiple. La contrarrevolución internacional, el boqueo institucional en nuestro país de países, y unas nuevas generaciones encerradas en un mundo virtual que edifica ante nuestros ojos un entramado de apariencias engañosas al que nos conectamos día a día creyéndonos ser y estar en la realidad, mientras esta se difumina a nuestro alrededor. La literatura tal vez sea el último recurso que nos queda para esa búsqueda.