13/12/21

Los muertos vivientes de Cristina Fallarás


Dice Cristina Fallarás que su nuevo libro es una novela. La indagación íntima y personal en la historia de una familia marcada, como todas, por la guerra civil y los silencios posteriores. Ficción arqueológica, en busca de tanto y tanto olvido. Al leerla comprendí que no solo eso: se trata en realidad de una novela de ciencia ficción. No de naves espaciales, extraterrestres y fundaciones intergalácticas, sino más bien como lo son algunas de las obras de J. G. Ballard, Philip K. Dick o Margaret Atwood. En lugar de un hipotético futuro construido a golpe de fantasía, lo que envuelve la trama es un escenario real que constituye a su vez una potente alegoría del presente.

Honrarás a tu padre y a tu madre es así una historia apocalíptica, que transcurre en un mundo (país, ciudad, barrio…) arrasado por una bomba o un virus o una catástrofe cualquiera. Quien sabe: el miedo, el silencio, el abandono, la desidia, o peor aun, la insustancial frivolidad ante un presente que amenaza ruina sin que nos demos cuenta. Eso sí, la mano del hombre está presente en el fatal advenimiento. Fallarás nos lleva del mundo como era al mundo como es, de las causas a las consecuencias, y entre ambos, la catástrofe apenas intuida. Llamémosla España.

Pero Cristina, como buena escritora, lírica, detallista y lúcida a un tiempo, nos engaña. Nos engaña desde el primer momento con la autoridad de quien asume el papel protagonista de su propia historia, acto doloroso y liberador como el verdadero arte, o como la revolución, si es que hay diferencia.

Nos dice Cristina que ha salido a buscar a sus muertos, pero son sus muertos los que salen a nuestro encuentro. Ella les tiene miedo, como les tiene miedo quien se empeña en dejar a los muertos de los demás encarcelados en las cunetas. El libro es así un paseo entre el amor y la muerte para hacer frente a ese miedo, y a sus consecuencias. Por eso ante su abuela materna, esposa del abuelo fusilado un frío 5 de diciembre de 1936 en Zaragoza, se dice a si misma: “Yo conocí a Presentación Pérez, mi otra abuela, la viuda, como una auténtica hija de puta. Yo auténtica hija de puta, no ella. ¿Cómo si no?”

Ese es el mensaje de los muertos a la España de hoy: “hijos de puta”, los que apretasteis el gatillo, los que hicisteis como si nada durante 40 años, los que bailasteis al son de la música del poder 40 años más, los que seguís callando. Los muertos vivientes de Cristina Fallarás no comen cerebros, devoran olvido.