Compárese con ese flamante objeto impreso en la caja del juego. Su complejidad exige seguir las instrucciones, lo cual nos permite aprovechar absolutamente todas y cada una de las piezas.
Posiblemente, cuando mi hijo crezca se verá obligado a seguir las instrucciones, a aprovechar al máximo los recursos que la sociedad ponga a su alcance para construir así una vida según un modelo, que encaje con las otras vidas que transitan a su lado.
Posiblemente, cuando mi hijo crezca se verá obligado a seguir las instrucciones, a aprovechar al máximo los recursos que la sociedad ponga a su alcance para construir así una vida según un modelo, que encaje con las otras vidas que transitan a su lado.
Pero tal vez encuentre otros espacios, donde la imaginación y el esfuerzo colectivo serán la base para una nueva sociedad, el mundo nuevo de la infancia. Si eso ocurre, aprenderá que esos espacios de libertad son preciosos y hay que defenderlos, también que es imposible destruirlos, y que con imaginación y solidaridad, siempre se podrán recomponer las piezas. Imaginar, (re)construir, jugar: un mundo nuevo en nuestras manos.
Artículo publicado en el nº12 de la revista La Hiedra
Artículo publicado en el nº12 de la revista La Hiedra